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Cómo elegir y qué es importante buscar en un profesor de artes marciales

¿Qué características son comunes a los buenos maestros? ¿Es experiencia en batallas y competiciones? ¿Rangos y cinturones negros? ¿Muchos años de experiencia?

El talento y el conocimiento son componentes clave para cualquier docente, pero no menos importante es el entusiasmo con el que estos conocimientos se transmiten a los alumnos y alumnas.

La persona que elegimos como instructor tiene un gran impacto en nuestras vidas y nuestra forma de practicar las artes marciales. Por lo tanto, es importante entender cómo elegir al profesor de artes marciales que se adapte a nuestro objetivo, por lo que somos hoy, mientras pensamos en quiénes nos gustaría ser más adelante.

Algunas características que es importante buscar en los entrenadores de artes marciales (para vos y tus hijos):

 

1. Fiabilidad y conocimiento

¿Cuáles son los antecedentes del profesor? Hoy en día muchos entrenadores de todo el mundo se otorgan títulos de “maestro” u otro, a veces incluso se otorgan un cinturón negro después de un curso corto, o impresiones de que obtuvieron sus conocimientos de un maestro famoso después de estar con él durante solo unas horas de taller.

Es importante que el profesor tenga conocimientos y habilidades reales.

Por eso, más allá de las publicaciones, es importante hacer una verificación básica:

¿Cuánto tiempo lleva practicando el profesor? ¿Quién fue su maestro? ¿Es competente en el campo que desea enseñar?

Y si la intención es competir en batallas de arena o a nivel internacional: ¿Comprobar si el entrenador tiene los conocimientos y la experiencia necesarias?

 

2. Inspiración

Un buen entrenador de artes marciales es un entrenador que te da materiales que te hacen creer que puedes ser mejor, más fuerte, como luchador y como persona.

El maestro se comporta en consecuencia, muestra respeto por los aprendices, usa las palabras correctas que los fortalecen y los apoya en el camino.

El entrenamiento en sí es a veces como un “campo de batalla”, por lo que es importante tener a alguien que lo guíe fielmente. Alguien que te hará creer en ti mismo y te empujará más allá de lo que pensabas que podrías, un entrenador que seguirá desafiándote y sabrá lo que necesitas para mejorar.

 

3. Revisión

Los buenos entrenadores sabrán hacer críticas constructivas. Envían el mensaje exactamente de la manera que lo necesitas en el momento, de manera directa y clara.

Este es un elemento clave y esencial , un buen maestro ve desde el lado exactamente dónde sus estudiantes son fuertes y dónde son débiles, y la forma en que les transmite la retroalimentación y la información sobre su progreso es esencial para el propósito del desarrollo.

Es importante que la retroalimentación del profesor no sea trivial, sino una que le anime y le permita entender qué necesita cambiar para mejorar.

 

4. Paciencia

Instructor

No todo el mundo tiene la paciencia para explicar una técnica una y otra vez y, si es necesario, dividirla en partes. Especialmente cuando no todos practican artes marciales con la misma velocidad de comprensión y absorción.

Los mejores entrenadores, son los que entienden que cada uno tiene su propia velocidad y ritmo personal de comprensión y que el proceso no se puede acelerar.

 

5. Acceso flexible

Una de las grandes virtudes de los grandes maestros de artes marciales (y de hecho para los maestros de todos los campos), es que saben transmitir el mismo mensaje y la misma idea pero de diferentes formas. Es decir, saben adaptar el mismo  mensaje según el alumno en palabras que entenderá más.

Al final todos somos individuos, aunque todos aprendamos la misma técnica, la forma en que la percibimos a nivel interno es diferente. Y hay grandes profesores que saben cómo adaptar el mensaje exactamente al alumno.

 

6. Seguridad

Un buen entrenador enfatiza la seguridad de los aprendices y se asegura de que todos sepan cuáles son los cuidados a tener en cuenta para cada ejercicio para evitar fallas y lesiones innecesarias a los estudiantes.

Ningún entrenador quiere que sus estudiantes experimenten la técnica hasta el punto de lesionarse, pero los buenos maestros harán todo lo posible para explicar y enfatizar (a los recién llegados y veteranos) cómo evitar causar daño o lesionar a los miembros del entrenamiento y a ellos mismos.

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